Blancanieves y los siete enanitos.
Érase una vez, en un
lugar muy alejado, donde vivía una bella señorita llamada Blancanieves y su
madrastra una mujer muy buena, quien por cierto la quería mucho y la trataba
como una verdadera hija, vivían muy
felices en un enorme castillo, junto también al padre de blancanieves.
Por este mismo lugar
se hablaba también de unos malvados enanos que raptaban a las señoritas, para
ponerlas e realizar duros trabajos y ellos poder darse la gran vida, era tanta
la mala fama de estos siete sujetos que los padres jamás dejaban salir solas a
su hijas de sus casas, por temor a estos enanos, que por cierto ya tenían a
muchas señoritas en su poder a las
cuales obligaban a trabajar durante todo el día a cambio de obtener
supuestamente su libertad, algo que en realidad nunca sucedía, porque estos
desalmados sujetos solo pensaban en su bienestar y para ello explotaban sin
piedad a todas estas jovencitas.
Cierto día la bella Blancanieves
quiso dar un paseo por los alrededores, pero como su madrastra no se encontraba
en el castillo, decidió salir sola, sin imaginar siquiera el gran peligro al
que se exponía.
En este divertido
trayecto observando los campos, las aves y las flores, la hermosa Blancanieves
fue sorprendida, por estos siete enanos, que al ver su belleza quedan
impactados y deciden llevarla con ellos, por más que Blancanieves, pedía
auxilio, y se esforzaba por huir, estos sujetos eran más fuertes y lograron
llevarla hasta un lugar muy alejado del castillo donde la pusieron a trabajar
durante varios días, en actividades muy duras, junto a otras señoritas de su
misma edad.
Por su parte en el
castillo la más preocupa era la madrastra de Blancanieves, que se pasaba los días llorando y pidiendo a Dios que pronto vuelva ver a su
querida Blancanieves y sean felices como antes, sin duda la extrañaba mucho
pues eran grandes amigas y confidentes.
Era tanta la
desesperación por no saber de Blancanieves, que la madrastra se la pasaba
llorando todo el día y solo pedía a su esposo que la encuentren pronto, él por
su parte se encontraba muy angustiado y la buscaba por diversos lugares pero no
podía llegar al escondite de esos enanos y cada día que pasaba era peor al no
tener noticias de la bella muchacha, que
siempre había sido la alegría del castillo.
Pero cierto día un príncipe pasaba por el lugar y al
enterarse de esta mala noticia y conmoverse por el dolor de a madrasta que no
hacía más que llorar y rogar a Dios para
que traiga de regreso a Blancanieves, decidió ayudarla, así que reunió a todos
los hombres de los alrededores y fueron en busca de estos desalmados sujetos,
los buscaban por todos lados, pero no lograban llegar al a su escondite, hasta
que ya muy tarde divisaron una gran casa en lo más lejano del castillo, al
acercarse constataron que efectivamente, allí estaba Blancanieves, muy triste y
realizando labores muy pesadas junto a otras muchachas; los hombres al ver esto
actuaron rápidamente.
Era tanta la rabia
para con estos enanos que los atacaron directamente, los hombres eran más y los
enanos la verse descubiertos solo huyeron lo más que pudieron, Blancanieves y
las demás señoritas al fin pudieron ser rescatadas y volvieron felices a sus
hogares.
La hermosa Blancanieves,
regresó feliz a su castillo, su madrastra que tanto la había extrañado la
recibió con un gran abrazo, y gradeció mucho al príncipe por todo lo que había
hecho, luego de esto el príncipe se marchó.
Nunca más se volvió a
escuchar de estos enanos y Blancanieves vivió feliz por siempre junto a su
padre y su madrastra que tanto la quería y a quien ella también quería mucho.
Fin
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