Locutores y locutoras
Cada mañana al
encender la radio, desde la casa, el trabajo o el medio de trasporte, escuchamos
a una persona transmitiendo una noticia o tratando de entretener a la gente de
algún modo, exactamente tratando de tornarse divertidas y queriendo ganarse la
fidelidad de la audiencia; pero, ¿qué pasa cuando no logra su propósito?, el
radio-escucha por su parte siempre atina
a cambiar de emisora y buscar una mejor alternativa, una donde se sienta
conectado con la persona que habla desde cabina, que sienta que lo conoce y que
tiene la mejor intención de dialogar con él y compartir los problemas que lo
aquejan en su transcurrir diario.
Estos son los
locutores o locutoras, encargados de hacer que el público se enganche con una
programación y este todos los días y la misma hora junto a la radio para
escuchar su programa favorito en manos de su locutor favorito, la única
persona, que estando a grandes distancias sabe llegar y aconsejar a muchas
personas la vez, pero de una manera tan personalizada que pareciera que locutor
e interlocutor están frente a frente sosteniendo un divertido dialogo, con carcajadas
y buen humor incluido.
Y es que un
locutor o locutora debe saber hacer ese contacto con la gente, tener la
capacidad de convencer, de expresarse, de mostrarse en un ambiente de
confianza, de tranquilidad y sobre todo demostrando humildad y respeto por el
público al que se dirige y del cual depende su éxito o fracaso en estas ya
conocidas aventuras radiales, que nos ayudan a llegar a mucha gente, para
brindarle ayuda, consejos o sana diversión, con la clara intención de alegrar
su día a día y hacer que sus problemas no lo afecten más de lo necesario.
Locutar es
mucho más que solo coger el micrófono y ponerse a hablar bonito sobre algún tema, un verdadero locutor o
locutora sabe que en cabina se vale todo,
equivocarse, hablar locuras o quejarse sin razón alguna, sabe que este es un
ambiente para divertirse, soltarse y mostrarse cómodo, dejarse entender y no
aburrir a la audiencia , sabe que si esta alegre, trasmite alegría, si esta
triste, tristeza y que si está enojado nadie lo querrá escuchar, sabe que,
cuando entra en cabina deja de lado su problemas y se trasforma en una nueva
persona, que lo único que busca es alegrar a las personas y acompañarlos en los
momentos que este lo decida.
“El locutor
más exitoso es aquel que conoce y se identifica con su público”, aquel que tiene ganas de comunicarse y se entrega con tal pasión a su
público que lo siente como parte de su familia o como sus amigos más cercanos,
aquel que hace escuchar a todas aquellas personas que por mucho tiempo se les
negó este privilegio y da o conocer sus opiniones y puntos de vista con
respecto a lo que ocurre a su alrededor.
Definitivamente
que para
ser un buen locutor, no basta con hablar bonito, hay que ser divertido,
espontaneo y tener la facilidad para
llegar a la gente, compartir con ellos y crear un ambiente de confianza
donde locutores e interlocutores puedan interactuar de la mejor manera,
teniendo en cuenta que lo más importante no es lo que dices sino la manera como
lo dices, y las maneras para decir una misma cosa son muchas, pero el buen
locutor, con un estilo propio debe saber siempre la más adecuada, la que su
público siempre prefiere y le encanta, este estilo que es capaz de trasportarlo
hasta lugares menos imaginados y conocer la realidad de mucha gente que
ansiosos los escuchan día a día y se han convertido en fieles amantes de la manera como
dice las cosas, esta persona que no necesita tener un libreto o un
guion a la mano para hacer un programa, esa persona que se equivoca, improvisa,
pero siempre termina arrancado una sonrisa a ese público que se siente
escuchado y comprendido por el locutor o locutora del programa.
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