martes, 28 de mayo de 2013


Locutores y locutoras
Cada mañana al encender la radio, desde la casa, el trabajo o el medio de trasporte, escuchamos a una persona transmitiendo una noticia o tratando de entretener a la gente de algún modo, exactamente tratando de tornarse divertidas y queriendo ganarse la fidelidad de la audiencia; pero, ¿qué pasa cuando no logra su propósito?, el radio-escucha  por su parte siempre atina a cambiar de emisora y buscar una mejor alternativa, una donde se sienta conectado con la persona que habla desde cabina, que sienta que lo conoce y que tiene la mejor intención de dialogar con él y compartir los problemas que lo aquejan en su transcurrir diario.


Estos son los locutores o locutoras, encargados de hacer que el público se enganche con una programación y este todos los días y la misma hora junto a la radio para escuchar su programa favorito en manos de su locutor favorito, la única persona, que estando a grandes distancias sabe llegar y aconsejar a muchas personas la vez, pero de una manera tan personalizada que pareciera que locutor e interlocutor están frente a frente sosteniendo un divertido dialogo, con carcajadas y buen humor incluido.
Y es que un locutor o locutora debe saber hacer ese contacto con la gente, tener la capacidad de convencer, de expresarse, de mostrarse en un ambiente de confianza, de tranquilidad y sobre todo demostrando humildad y respeto por el público al que se dirige y del cual depende su éxito o fracaso en estas ya conocidas aventuras radiales, que nos ayudan a llegar a mucha gente, para brindarle ayuda, consejos o sana diversión, con la clara intención de alegrar su día a día y hacer que sus problemas no lo afecten más de lo necesario.
Locutar es mucho más que solo coger el micrófono y ponerse a hablar bonito  sobre algún tema, un verdadero locutor o locutora  sabe que en cabina se vale todo, equivocarse, hablar locuras o quejarse sin razón alguna, sabe que este es un ambiente para divertirse, soltarse y mostrarse cómodo, dejarse entender y no aburrir a la audiencia , sabe que si esta alegre, trasmite alegría, si esta triste, tristeza y que si está enojado nadie lo querrá escuchar, sabe que, cuando entra en cabina deja de lado su problemas y se trasforma en una nueva persona, que lo único que busca es alegrar a las personas y acompañarlos en los momentos que este lo decida.
“El locutor más exitoso es aquel que conoce y se identifica con su público”, aquel que tiene ganas de comunicarse y se entrega con tal pasión a su público que lo siente como parte de su familia o como sus amigos más cercanos, aquel que hace escuchar a todas aquellas personas que por mucho tiempo se les negó este privilegio y da o conocer sus opiniones y puntos de vista con respecto a lo que ocurre a su alrededor.



Definitivamente que para ser un buen locutor, no basta con hablar bonito, hay que ser divertido, espontaneo y tener la facilidad para  llegar a la gente, compartir con ellos y crear un ambiente de confianza donde locutores e interlocutores puedan interactuar de la mejor manera, teniendo en cuenta que lo más importante no es lo que dices sino la manera como lo dices, y las maneras para decir una misma cosa son muchas, pero el buen locutor, con un estilo propio debe saber siempre la más adecuada, la que su público siempre prefiere y le encanta, este estilo que es capaz de trasportarlo hasta lugares menos imaginados y conocer la realidad de mucha gente que ansiosos los escuchan día a día y se han convertido en fieles amantes de la manera como dice las cosas, esta persona que no necesita tener un libreto o un guion a la mano para hacer un programa, esa persona que se equivoca, improvisa, pero siempre termina arrancado una sonrisa a ese público que se siente escuchado y comprendido por el locutor o locutora del programa.  


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